El enfoque socioformativo se
define como un marco de reflexión-acción educativo que pretende generar las
condiciones pedagógicas esenciales para facilitar la formación de personas
íntegras, integrales y competentes para afrontar los retos-problemas del
desarrollo personal, la vida en sociedad, el equilibrio ecológico, la creación
cultural-artística y la actuación profesional-empresarial, a partir de la
articulación de la educación con los procesos sociales, comunitarios,
económicos, políticos, religiosos, deportivos, ambientales y artísticos en los
cuales viven las personas, implementando actividades formativas con sentido
(Tobón, 2013). La socioformación tiene entre sus principales finalidades la
transformación de la educación desde el cambio de pensamiento de las personas
responsables de ella empleando la investigación acción, considerando a la
persona humana como un todo.
El enfoque socioformativo
pretende facilitar el establecimiento de recursos y espacios para favorecer la
formación humana integral y, dentro de esta, la preparación de personas con
competencias para actuar con idoneidad en diversos contextos, tomando como base
la construcción del proyecto ético de vida y el aprender a emprender. El enfoque
socioformativo se ha estructurado en la línea de desarrollo del currículo
sociocognitivo complejo (Tobón, 2001), la teoría crítica de Habermas (1987), la
quinta disciplina (Senge, 1994,2000), el pensamiento complejo (Morin, 2000), el
paradigma sociocognitivo (Román, 1998,1999; Román y Diez, 1994, 2000), la
formación basada en competencias (Maldonado, 2001), la pedagogía conceptual
(Zubiría, 1998) y el aprendizaje estratégico (Pozo y Monereo, 1999).
La socioformación no es un
modelo pedagógico sino un enfoque que focaliza su gestión en los siguientes
postulados (Tobón, 2012):
1.
Pensar complejamente para ser mejores
personas. La socioformación busca que todos tengamos un pensamiento complejo en
el abordaje de las diferentes situaciones de la vida, para vivir con ética;
tener flexibilidad en el abordaje de los problemas; buscar la relación entre
los fenómenos para lograr un mejor abordaje de estos.
2.
Vivir con un proyecto ético de vida sólido. Esto
consiste en buscar la plena realización personal acorde con las necesidades
vitales aplicando los valores universales (responsabilidad, honestidad,
solidaridad, verdad, justicia, autonomía, respeto, etc.). Esto implica prevenir
y reparar los posibles errores que tengamos en nuestro actuar, y trabajar de
forma continua por lograr el tejido social, la paz y el desarrollo
socioeconómico, buscando el equilibrio y sustentabilidad ambiental.
3.
Formarse mediante la colaboración y
socialización. En la socioformación son claves los procesos de colaboración
para lograr la formación integral y lograr las metas establecidas.
4.
La formación integral es responsabilidad de
toda la sociedad. En la socioformación, la responsabilidad no es solamente de
los docentes, sino que es una responsabilidad clave de la familia, las
instituciones sociales, empresariales, religiosas, civiles, etc. Para lograr
esto deben ser ejemplo de trabajo idóneo y responsabilidad.
5.
Formarse sirviendo. En la socioformación es
clave servir a los demás, al ambiente y a sí mismo para poder lograr la plena
formación integral y el desarrollo de las competencias necesarias.
6.
Buscar la sencillez sobre la complicación. Pensar
complejamente no es complicar más la educación, es comprender su razón de ser
en la actualidad y los retos del futuro, para luego centrarse en los ejes
claves y su interrelación, de tal manera que los buenos propósitos educativos
no se queden en el papel sino que efectivamente sean seguidos por todos los
actores educativos y se les haga seguimiento.
7.
Los problemas son oportunidades. En la
socioformación, los problemas son retos para resolver necesidades, crear e
innovar, y así contribuir a mejorar lo que se tiene. Son oportunidades para
vivir mejora y no situaciones negativas que bloquean la actuación.
8.
La formación es emprendimiento. La socioformación
busca que cada día las personas aprendan a planear, ejecutar y evaluar
proyectos que resuelvan necesidades de diferentes contextos, con creatividad,
trabajo colaborativo y perseverancia.
9.
Mejorar continuamente. En la socioformación
se tiene como base la metacognición en todo lo que se hace, para mejorar
continuamente en torno al logro de las metas establecidas. La reflexión de lo
que se piensa y hace, enmarca al proyecto ético de vida.
10. Demostrar
la actuación con evidencias. En la socioformación, el aprendizaje se demuestra
con hechos o evidencias. Estas evidencias deben demostrar que se posee una
competencia y no simplemente un saber. Con base en las evidencias se determina
el nivel de desempeño que se posee, los logros y aspectos a mejorar,
considerando los criterios establecidos.
A partir de los postulados
anteriores, la socioformación busca transformar la realidad educativa, pues en
la mayoría de las instituciones la educación continúa centrada en contenidos. Pese
a esto, en la actualidad se vive una encrucijada caracterizada por cambios
tecnológicos, culturales, económicos, sociales, etc. que han generado el
surgimiento de una nueva sociedad: la sociedad del conocimiento.
La sociedad del conocimiento
es la sociedad que se tiene como meta construir para resolver los grandes
problemas de la humanidad, como la violencia en todas sus manifestaciones, la
destrucción del ambiente ecológico, la corrupción, el desempleo, la
desnutrición, la baja calidad de vida que afecta a muchas poblaciones, entre
otras. Para lograr esto es preciso que las personas busquen, interpreten,
adapten, innoven y apliquen el conocimiento de diversas maneras. Lograr la
sociedad del conocimiento implica (Tobón, 2013ª):
1.
Pasar de la información a trabajar con el
conocimiento. Para esto es necesario analizar críticamente la información,
comprenderla, organizarla de forma sistémica y buscar su pertinencia.
2.
Centrarse en el conocimiento requiere que
este sea accesible a través de diferentes medios.
3.
Formar personas con un sólido proyecto ético
de vida, con un propósito claro en la vida y la actuación con base en valores
universales, comprometidas con la resolución de los problemas del contexto
local y global.
Por estas razones se
requiere transformar la educación actual para que trascienda el énfasis en
contenidos y se centre en la resolución de problemas del contexto, y a través
de esto las personas aprendan a gestionar el conocimiento, a comprenderlo,
adaptarlo, crearlo, innovarlo y aplicarlo.
Bibliografía
citada
Habermas, J. (1987). Teoría
de la acción comunicativa. T.I y II. Madrid: Taurus.
Maldonado, M.A. (2001). Las
competencias, una opción de vida: metodología para el diseño curricular. Bogotá:
ECOE.
Morin, E. (2000). Los siete
saberes necesarios para la educación del futuro. Bogotá: Ministerio de
educación nacional.
Pozo, J.I. y Monereo, C.
(1999). El aprendizaje estratégico. En cuadernos de pedagogía, 175, 8-11.
Román, M. (1998). El
currículo y su evolución desde modelos de enseñanza-aprendizaje a modelos de
aprendizaje-enseñanza: una visión prospectiva. Educare-Educere, 5.
Román, M. (1999). Currículo
y evaluación: Diseños curriculares aplicados. Madrid: Universidad Complutense.
Román, M. y Díez, E. (1994).
Currículo y enseñanza. Una didáctica centrada en procesos. Madrid: EOS.
Román, M. y Díez, E. (2000).
El currículo como desarrollo de procesos cognitivos y afectivos. En Revista
Enfoques Educacionales, Vol. 2 No. 2. Departamento de Educación, Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
Senge, P. (1994). La quinta
disciplina. El arte y la práctica de la organización abierta al aprendizaje.
Buenos Aires: Gránica.
Senge, P. (2000). La danza
del cambio. Buenos Aires: Kapelusz.
Tobón, S. (2001). Aprender a
emprender: un enfoque curricular. La Ceja: Funorie.
Tobón, S. (2012). El enfoque
socioformativo y las competencias: ejes clave para transformar la educación.
México: CIFE.
Tobón, S. (2013ª). Los
proyecto formativos: transversalidad y desarrollo de competencias para la
sociedad del conocimiento. México: CIFE.
Tobón, S. (2013). Formación
integral y competencias. Pensamiento complejo, currículo, didáctica y
evaluación. (4ª. Ed.). Bogotá: ECOE.
Zubiría, M. (1998).
Pedagogías del siglo XXI: Mentefactos I, el arte de pensar para enseñar y de
enseñar para pensar. Bogotá: Facultad Alberto Merani para el desarrollo de la
inteligencia.
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